Hay caminos que nos cuentan historias, otros en cambio nos enseñan lo bello de la vida; otros un poco más nostálgicos nos llenan de lágrimas, y son otros los que bailan serpenteantes bajo nuestros pies. Dicen que todos los caminos conducen a Roma, pero lo cierto es que todos nos llevan a donde queramos ir. La belleza de un paisaje trazado con las paralelas líneas del camino nos da una vuelta por el mundo gracias al ojo viajero de Jorge Daniel Mejía.